El aceite de oliva es uno de los alimentos más importantes de la dieta mediterránea. Algunos estudios señalan que un consumo adecuado puede aumentar la esperanza de vida ya que reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
La gran mayoría de personas conocen muy bien que existen diferentes tipos de aceite de oliva, cada uno de ellos con sus propias características. No obstante, lo que muchas no saben es que cada aceite tiene su propio nivel de acidez, un aspecto clave.
En primer lugar, cabe destacar que el aceite de oliva se produce de forma natural, dentro de la propia aceituna. Cuando una molécula de glicerol se mezcla con tres ácidos grasos, se produce lo que se conoce como triglicérido. Así, cuando la unión entre los ácidos grasos y la molécula de glicerol se rompe, los ácidos se liberan. Es a partir de ese momento cuando el aceite empieza a degradarse de forma progresiva. Pues bien, lo que se denomina acidez en el aceite de oliva son los ácidos liberados.
Por lo tanto, la acidez es un parámetro que mide la cantidad de ácidos grasos libres. Por lo general, la medición se realiza calculando su peso y restándolo de la cantidad total de aceite de oliva en el envase, aunque por lo general las marcas expresan el valor en grados en el etiquetado.
Cuando un aceite tiene demasiada acidez implica una mala calidad, de modo que la gran mayoría de las veces ni siquiera se pone a la venta. La razón es que resulta inadecuado para el consumo humano ya que es muy poco saludable. ¿Por qué? Porque niveles demasiado elevados de acidez intensifican de forma notable la sensación de ardor en el estómago.
No obstante, el nivel de acidez varía entre unos aceites y otros, de modo que hay unos valores que se consideran aceptables.
Existe una gran confusión entre los consumidores en relación a la acidez del aceite de oliva. En la gran mayoría de los casos lo confunden con la intensidad del sabor. Pues bien, lo cierto es que los ácidos grasos no tienen sabor.
Dicha confusión se da porque se relaciona con alguno de los sabores básicos: dulce, salado, agrio y amargo. Sin embargo, no guardan ningún tipo de relación. La acidez es un parámetro de calidad que es imposible de detectar a través del gusto.
Además, teniendo en cuenta que la acidez es un parámetro de calidad que se aplica sólo en los aceites de oliva vírgenes, la industria en épocas pasadas lo ha utilizado en las etiquetas de aceites de oliva, que son una mezcla de diferentes aceites refinados con vírgenes. Así, cuando más aceite refinado tiene en su composición el aceite de oliva, menor acidez y menor sabor.
El grado de acidez es uno de los parámetros más importantes para clasificar la calidad de un aceite de oliva. Los valores máximos dependen del tipo.
Cualquier tipo de aceite virgen con una acidez superior a los 2 grados se considera lampante.
La acidez es una sustancia muy versátil, de modo que los valores pueden tanto aumentar como disminuir de manera drástica debido a diferentes factores, sobre todo ambientales.
Hasta hace no mucho tiempo, en los envases de aceite de oliva se reflejaba la acidez del aceite. Era un gran reclamo de calidad para los consumidores.
No obstante, la acidez creaba una gran confusión y no respondía siempre a un criterio de calidad en los aceites de oliva. Así, la normativa cambió. A día de hoy, los fabricantes, si quieren incluir la acidez de sus aceites en el etiquetado, deben incluir obligatoriamente otros aspectos relacionados con la calidad: el índice de peróxidos, las ceras, y las absorbancias al ultravioleta (K270, K232 y ΔK).
Así, a día de hoy la gran mayoría de empresas productoras y comercializadoras de aceite han optado por las calificaciones “Intenso” y “Suave”. No obstante, todavía se pueden encontrar aceites de oliva virgen extra de gran calidad en los que en el etiquetado se refleja su nivel de acidez, así como el resto de parámetros.
A modo de conclusión, es importante destacar que el nivel de acidez del aceite de oliva no afecta a su sabor. Es un parámetro que determina su calidad y, por tanto hay que valorar durante el proceso de decisión de compra.
>> VISITA NUESTRA TIENDA <<
Conoce la diferencia de sabores entre el aceite de oliva tradicional y el virgen extra, y las características de cada uno de ellos.
¿Son tan iguales el olivo y el acebuche como parecen? Descubre aquí sus diferencias.